Brevísima historia del juguete sexual

Tras un largo período de tabúes en torno a ellas, las nuevas tiendas eróticas se multiplican ahora por toda la provincia y se sitúan sin pudor en las zonas más comerciales de las ciudades


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M. A. MARÍA ALMAGRO/CÁDIZ CÁDIZ

Los artículos para ensalzar los encuentros sexuales han existido desde principios de la historia. Así por ejemplo, los falos de madera y cuero tenían éxito en Grecia antes del año 500 aC.

Durante la dinastía Han, en China, se fabricaban ya bilbos de bronce, y, en la oscura Edad Media, los penes artificiales eran algo común en Europa. De hecho, la palabra dildo (como se llaman tecnicamente los conocidos consoladores), proviene de la palabra italiana diletto.

Ya en el siglo XVIII los artículos eróticos se perfeccionaron con péndulos, esferas, y con incrustaciones de plata y marfil. Algunas de ellas, ahora, piezas de museo. Para sanar la histeriaLos vibradores también tienen una historia peculiar.

Durante la época victoriana, a principios del siglo XX, cuando la mujer no era considerada como un ser sexual, se creía que sus desequilibrios psiquiátricos nacían en el útero. De esta forma y para «curarlas», los médicos les daban en sus consultorios masajes en la vulva con un vibrador, para «sanar la histeria».

Los aparatos se siguieron anunciando hasta muy avanzado el siglo para que los maridos «atormentados» pudieran curar con ellos los males y la locura de su mujer. El Kama Sutra dio un giro a la difusión de la sexualidad. Escrito por Vatsyayana es un antiguo texto hindú que trata sobre el comportamiento sexual del hombre. También ahora, sigue siendo uno de los libros más vendidos.

Paulatinamente, y siempre junto al avance social de la mujer, estos artículos se han «normalizado», muy a pesar de algunos contrarios que se acogen a los dictados de la moral cristiana. Algo está cambiando y los sex shops se han apuntado el tanto.

Pero, ante todo, el redescubrimiento de los sex shops se debe en parte a la mujer. Según los empresarios, este ha sido uno de los factores que han vuelto a relanzar y hacer más rentables las tiendas eróticas. Su poder de decisión en los placeres sexuales ha motivado que una los creadores de los juguetes eróticos hayan exprimido sus ideas hacia el universo femenino.

También los homosexuales han tenido que ver en esta conversión. «Antes entraban y te pedían las películas casi sin hablar y ahora saben que ya está más aceptado», comenta el dependiente. A pesar de estos dos grandes impulsos sociológicos, lo cierto es que, según indican los propietarios de las tiendas eróticas, su público es bastante diverso. «Viene gente de todas las edades. Los jóvenes, que buscan normalmente objetos para despedidas de solteros, parejas más mayores que pretenden salir de la rutina e innovar en sus juegos, y los más mayores que acuden a nosotros buscando remedios más terapeúticos para funcionar en la intimidad».

Tanto es el éxito que están teniendo en los últimos años, que los locales eróticos no solo venden sus productos sino que ya han diversificado su oferta como organizadores de despedidas, sesiones de tapersex (reuniones con una sexóloga que les habla sobre los artículos), y, contrataciones de striptease. «Lo que últimamente nos están pidiendo mucho son las despedidas de divorcio». Una nueva modalidad para disfrutar entre amigos el día en que oficialmente se rompe un matrimonio. Un pecado conra el romanticismo, para otros.

Otro de los usos sociales que están afectando a los locales dedicados a los productos eróticos es el fácil acceso de cualquiera a internet. La red permite a los habituales del cine X bajarse este tipo de películas sin tener que pagar el precio de las cabinas. De hecho, en ciudades como Madrid, Sevilla o Barcelona, estos locales están cerrando ante el peligroso avance de las descargas piratas.Los sex shops o tiendas eróticas son, como casi todo, un nuevo universo. En este caso, una galaxia de los placeres más carnales, por el que, los adictos a la moral ven peligro de condena, y los más masculinos, un riesgo de perder su eterno dominio fálico.

malmagro@lavozdigital.es

http://www.lavozdigital.es/cadiz/prensa/20070318/sociedad/brevisima-historia-juguete-sexual_20070318.html

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