La estimulación anal



Historia

El sexo anal ha sido considerado tabú en muchos países occidentales desde la Edad Media cuando se rumoreaba que miembros varones de movimientos heréticos practicaban sexo anal entre ellos. Aún (2007) la penetración anal es considerada delito en ciertos estados de Estados Unidos, incluso dentro de matrimonios legalmente constituidos. De hecho, el sexo anal ha sido y es una de las prácticas naturales más típicas para el control de la natalidad, en cuanto coito substitutivo del vaginal. Actualmente, el sexo anal está considerado una de las prácticas sexuales más extendidas en parejas homosexuales y también heterosexuales. Diversos estudios revelan que, hoy en día, mujeres y hombres confiesan disfrutar del sexo anal. Aproximadamente el 40% de las parejas heterosexuales lo han intentado al menos una vez y, según atendamos a unos u otros estudios, entre el 10% y el 20% de parejas lo practican con regularidad.

Consejo para la prática.

Lubricación: Contrariamente a la vulva y la vagina, el ano y el recto no segregan lubricación natural que facilite la relación sexual. Tampoco éstos músculos tienen una elasticidad que les permitan dilatarse naturalmente. Por ello, la penetración anal debe ser practicada con sumo cuidado, para evitar la propensión existente a los desgarros y fisuras anales. Por este motivo, cuando se practica sexo anal, suele acudirse a algún lubricante para facilitar la penetración. Es conveniente que el lubricante se aplique en el pene, en el ano y en cualquier objeto que se vaya a introducir en el mismo. En caso de sexo anal con condón, se debe tener especial cuidado en emplear un lubricante que sea compatible con preservativo. El lubricante recomendado sería uno de base acuosa de buena calidad. Los de base oleica es mejor evitarlos porque pueden dañar el latex. Por motivos de higiene siempre es recomendable el uso de condón, incluso en la penetración con objetos. Pasar la lengua por el ano de la otra persona, e introducirle los dedos impregnados con lubricante con suavidad, lo ayudará a dilatar y relajar el ano y reducir así significamente la sensación de dolor inicial de la penetración.

Relajación del músculo del ano y dilatación del esfínter: Como normalmente el músculo del ano (esfínter anal) se encuentra cerrado, el sexo anal podría ser doloroso si previamente no se tiene la precaución de distender este músculo (una buena manera sería la realización de juegos sexuales). Se recomienda dilatar o "ablandar" el esfínter anal previamente con saliva e introduciendo lentamente un dedo en el ano y moverlo dentro de éste. Además puede resultar útil el empleo de un dilatador anal o consolador, generalmente de forma cónica, aunque puede haber otras variantes como bolitas unidas que cada vez tienen un tamaño más grande. El principio es el mismo: jugar con el ano para que éste se acostumbre a tener algo dentro y se relaje.

Inicio de la penetración: Para reducir las sensaciones de dolor es importante realizar la inserción del pene o del objeto de forma paulatina, lo que permitirá que se produzca una dilatación y adaptación gradual de los músculos. En ocasiones ayuda empujar ligeramente el objeto introducido como si se estuviera defecando para que la dilatación sea más rápida. En un primer momento puede suponer extraño realizar este gesto cuando no se está defecando, pero ello no producirá ninguna expulsión inesperada o indeseada de la materia fecal, por lo que se puede empujar sin miedo.

Placer en la fase de penetración: En el coito anal o pedicación la mujer obtiene en gran medida su placer al ser estimulado el útero, el cual frecuentemente es poco estimulado en el coito vaginal. El hombre lo obtiene a través de la estimulación de su próstata. Usualmente la persona penetrada complementa el coito anal con la masturbación, lo que contribuye a una multiplicación del placer y a relajarle la musculatura anal, con la consecuente facilitación y mejoramiento de la penetración anal. Por otra parte, las terminaciones nerviosas excitables en la zona ano-rectal son centenares de veces más numerosas que en la vagina (en el coito vaginal la condensación neural se restringe al clítoris y, eventualmente al llamado 'punto G'; así -si no existen fobias- la penetración anal puede llegar a ser más placentera para la mujer. En el momento en el que la pareja "pasiva" (la persona penetrada) logra el orgasmo, contrae fuertemente la musculatura anal provocando una fuerte presión sobre el amante activo lo que le facilita a este el orgasmo. El placer procurado por la pedicación o coito anal no sólo deriva de las sensaciones físicas, sino también de las subjetivas ("romper un tabú" por ejemplo) y de una reminiscencia de la fase o estado anal (según el psicoanálisis).

Técnicas para favorecer el orgasmo

La estimulación simultanea del clítoris y de la vagina en la mujer puede favorecer el orgasmo, lo que se puede lograr mediante la combinación de la penetración con la masturbación manual o con consoladores. Asimismo este placer se puede obtener en sexo en grupo mediante la ayuda de una tercera persona, bien mediante sexo oral o incluso con la práctica de una doble penetración vagino-anal. Otra posible combinación en pareja es introducir un consolador en el ano y penetrar a la pareja vaginalmente o practicarle un cunnilingus simultáneamente. El ano contiene gran cantidad de terminaciones nerviosas que al ser estimuladas ocasionan placer, estas terminaciones nerviosas siguen en gran medida la misma vía anatómica que las del clítoris. En el hombre, además, la penetración anal puede estimular la próstata, obteniendo orgasmos más intensos. En el caso del orgasmo del hombre puede generarse si teniendo sexo en grupo una de las personas le introduce el dedo en el culo durante el coito que le realiza a la otra persona.

Posturas


Back swinging: El back swinging (lit. "zarandeo de espalda") o "sopla-nuca". El receptor/-a se encuentra tumbado boca abajo y la persona que penetra en la parte superior. La penetración es menos profunda, pero el ritmo lo controla la persona que penetra, lo que unido a la fuerte presión que ejerce el ano sobre el glande puede provocar un intenso orgasmo.

Postura del perrito o "a cuatro patas": Es una de las más conocidas, especialmentre entre homosexuales. La persona que va a ser penetrada, se apoya con sus rodillas y brazos en una posición alta (generalmente en una cama). Cuanto más agache su espalda, más deja a descubierto su ano. La persona que penetra puede estar situada también de rodillas en la cama, o bien de pie fuera de ella. En cualquiera de esos dos casos, es el activo quien lleva el control y ritmo de la penetración, aunque el pasivo puede jugar con los testículos de su pareja. En esta postura, el ano de la persona penetrada tiende a estrecharse, por lo que la penetración puede llegar a ser dolorosa. A diferencia de la penetración vaginal, la denominada postura del perrito o "doggy" requiere generalmente que el pene esté en una posición más elevada. Si la persona que penetra está apoyada sobre sus rodillas, esto se puede conseguir poniéndose en cuclillas, lo cual es cansado pero favorece la penetración; o bien dependiendo de la estatura de la persona penetrada, doblando ésta algo más las rodillas, de modo que el trasero quede algo más bajo. Si quien penetra lo hace de pie, el amante penetrado puede abrir sus piernas. En ese caso se logra una penetración más profunda, pero la postura es algo más complicada, teniendo en cuenta que hace falta algo más de apoyo para hacer la presión suficiente para penetrar. Es interesante que la cama sea firme o incluso que la persona penetrada tenga la posibilidad de agarrarse a algo, por ejemplo en el cabecero o el pie de la cama.

Coito anal con la persona penetrada sentada encima del pene de su pareja: Bien de cara al amante, bien de espaldas a él, en este segundo caso la estimulación visual proviene de observar el trasero penetrado mientras que la ventaja de hacerlo de cara es ver la expresión de la otra persona. La penetración que permite es muy profunda y la ventaja que tiene es que la persona penetrada tiene control de los movimientos pudiendo regular tanto el ritmo como la profundidad de la penetración. Suele ser una postura poco dolorosa, por lo que a veces puede resultar interesante comenzar por ella para adaptar los músculos del recto al tamaño del pene.

Con la persona penetrada tumbada horizontalmente hacia arriba: Esta postura admite multitud de variantes. El activo eleva verticalmente una o las dos piernas de su compañero. Esto lo puede hacer de diversas formas. Puede dirigirle las piernas hacia atrás, de manera que el ano quede en una posición muy alta. Puede llevar también cada una de sus piernas a cada lado. O puede el activo colocar encima de sus hombros las piernas de la persona penetrada. También puede el pasivo colocar las piernas encima de la espalda de su compañero. En función de todas las combinaciones posibles, la persona que penetra puede estar en posición vertical, de pie o de rodillas. En cualquier caso, La penetración que permite esta postura es muy placentera y profunda, siendo el activo quien controla la intensidad de la penetración.

Con las dos personas tumbadas de costado: En este caso la penetración es mucho menor y existe el riesgo de que el pene del chico que penetra se "escape" en varias ocasiones del recto de su pareja. En cambio, es una postura muy sensitiva y con mucho contacto físico entre los dos compañeros. Permite además a la persona que penetra jugar con los genitales de su compañero.

El trenecito: Requiere la intervención de un mínimo de tres personas. En esta postura, una persona A es penetrada analmente por una persona B que, a su vez, es penetrada por una persona C. Lógicamente, en esta práctica puede intervenir un número teóricamente ilimitado de personas.

Referencias artículo: http://es.wikipedia.org/wiki/Sexo_anal

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